martes, 9 de marzo de 2010

Año Jubilar


Desde la Animación Biblica Diocesana, el Pbro. Oscar Tapia nos ayuda a entender, desde la Palabra, el significado de este Año Jubilar para nuestra Diocesis.


La palabra “Jubileo” designa en el texto bíblico del Levítico (Lev 25,8-55; 27,16-25; cfr. Num 36,4) un año cincuentenario que sigue a siete ciclos de años sabáticos, y probablemente coincide con el séptimo año sabático. La palabra “jubileo” proviene de la palabra latina jubilum («alegría»), que traduce de la Biblia Vulgata de san Jerónimo el término hebreo yobel; este vocablo se deriva del nombre del cuerno de carnero que los sacerdotes utilizaban como trompetas y debían hacer sonar para anunciar el comienzo de este año (Lev 25,9).

Se trataba de un año instituido para remediar la situación de los que padecían las consecuencias del empobrecimiento, especialmente del huérfano y la viuda (Jb 24,2-3.9), ocasionados en la época de la monarquía por los latifundios (Is 5,8), la esclavitud (Neh 5,2-5), y las desigualdades sociales. La finalidad, por lo tanto, era restablecer la igualdad entre los miembros del pueblo de Dios, a fin de hacer efectivo en el plano económico y social el señorío de Dios sobre su creación, pues el Señor Dios es el único dueño de la tierra y el dispensador de sus frutos (Lev 25,23.38.42.55). Y como al Señor también pertenece el pueblo de Israel, nadie en el pueblo de Dios puede ser privado definitivamente de la tierra que el Señor le ha concedido en herencia, ni puede quedar para siempre sometido a la condición de esclavo.

El año del Jubileo proclama la igualdad de todos los hijos de Israel y abre nuevas posibilidades a las familias que han perdido sus propiedades e incluso su libertad personal. También el año jubilar se proyecta hacia el futuro, al tiempo de la salvación definitiva como un anuncio y anticipo de la plena y verdadera liberación que se espera alcanzar en los tiempos mesiánicos.

Jesús apropiándose las palabras proféticas de Isaías, inaugura su ministerio mesiánico en la sinagoga de su aldea de Nazareth con la proclamación de un "año de gracia del Señor" (Lc 4,16-21; cfr. Is 61,1-3).

En el Centenario de nuestra diócesis, superando la tentación de una practica religiosa ritual sin compromiso social justo y solidario (cfr. Is 58,5; Is 1,10-20; Am 5,21-27; Miq 6,5-8; Mc 12,33; Lc 10,31-35), deseamos recuperar la utopía del Jubileo bíblico, para que sea realmente un año Jubilar.

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